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"El peronismo siempre vuelve"

Opinió Carlos Iaquinandi Castro
Dissabte, 26 Octubre 2019 14:58

El próximo domingo 27, los argentinos decidirán con su voto si otorgan otro mandato de cuatro años al neoliberal Mauricio Macri, o si hacen posible el regreso del peronismo al gobierno. La polarización es muy fuerte.

Quien es Macri, actual presidente

En el 2015, la candidatura de Macri fue auspiciada por los sectores exportadores y financieros, e impulsó ese antiguo rencor de las clases “acomodadas” hacia el peronismo, atacando a CK por presunta corrupción. Con ello, logró entonces eclipsar su propia trayectoria. El actual presidente, es hijo y heredero de Franco Macri, quien se enriqueció durante la dictadura militar como contratista del estado. Mauricio Macri continuó esa senda y acumula 214 causas judiciales, entre otras por “estafa y asociación ilícita”. Su gobierno, aplicó políticas neoliberales; cuenta con el respaldo de D. Trump y comparte posiciones con Bolsonaro, Piñera, o Iván Duque, presidentes de Brasil, Chile y Colombia.

Vino, viò y destruyó

Estos cuatro años de su gobierno no son la mejor carta de presentación para aspirar a una reelección. La devaluación del peso, el cierre de empresas, el paro laboral y el índice de inflación definen una grave situación socio económica para una gran mayoría de los argentinos. Los salarios no cubren las necesidades básicas, y en un país que produce alimentos para 440 millones de personas, hay mucha gente que pasa hambre. La causa fundamental, es la profunda y creciente desigualdad.

Los indicadores de la destrucción

El valor del dólar pasó de 38 pesos al cerrar el año 2018 a 60 pesos en octubre. Como es habitual, el aumento se trasladó a los precios de productos básicos, a los alquileres, al transporte. Lo que beneficia a los grandes productores, a los agroexportadores e industrias, perjudica al que vive de un sueldo que cada dia pierde valor de compra. En los últimos 12 meses el aumento del coste de vida fue del 53,5%, mientras las subas en salarios y pensiones no llegan ni a la mitad. Macri había prometido en el 2015 “pobreza cero”. La realidad muestra lo contrario. El número de personas bajo el nivel de pobreza subió 7 puntos, y actualmente es de 16 millones. Según cifras oficiales, durante el gobierno de Macri cerraron 15.424 empresas. No tienen trabajo estable unos 5 millones de personas, las cifras más altas desde el año 2006.

Otra vez, promesas

Macri lanza en campaña nuevas promesas, creyendo que el pueblo ya no recuerda que incumpliò las que hizo hace cuatro años. Pero a diferencia del 2015, esta vez tendrá que enfrentar a un peronismo unido, mérito de la ex presidenta Cristina Kirchner, quien confió en Alberto Fernández para que por primera vez en muchos años reuniera a todas las corrientes internas. Eligió a la persona adecuada para esa tarea. El ahora candidato presidencial, consiguió incluso, unificar a la histórica Confederaciòn General del Trabajo que permanecía dividida en dos bloques.

Pero lo que es bueno para afrontar las elecciones, puede ser debilidad a la hora de gobernar. Muchos de los dirigentes que ahora se sumaron lo hacen por mero oportunismo. Y algunos, tienen una trayectoria màs que cuestionable. Será difícil mantener una cohesión en el ejercicio del gobierno.

Hagamos historia

Pero para comprender el titular de este artículo, es preciso hacer un poco de historia: El peronismo desde su nacimiento en 1945, fue el sentimiento político de los sectores populares, particularmente de los trabajadores. El entonces coronel Perón, supo ganar el apoyo de las mayorías sociales cuando desde el ministerio de trabajo impulsó los convenios colectivos y dictó leyes con derechos laborales. Se presentó a las elecciones generales de febrero del 46 contra un bloque integrado por todos los partidos, desde conservadores hasta comunistas. Y ganó con el 53% de los votos. Aprovechó el periodo de post-guerra para impulsar las exportaciones y desarrollar el país, a la vez que promovió la educación y la sanidad públicas. Su esposa, Eva Perón, de origen muy humilde, tuvo un destacado papel en esos avances y en las obras sociales que mejoraron la vida cotidiana de las mayorías. Fue reelecto por el voto popular en 1952.

La decadencia interna

En ese mismo año 52, falleciò Evita. Su muerte repercutió en la gestiòn del gobierno que fue mostrando signos de descomposición interna, seguramente provocadas en parte por la ausencia de Evita. La oposición vio circunstancias locales e internacionales propicias para dar un golpe cívico-militar, en el que tuvo influencia el gobierno norteamericano y la jerarquía de la Iglesia Católica argentina de aquel entonces. Derrocado Perón, partió al exilio en Madrid. Pero la evoluciòn de las luchas sociales en su país, llevó a la clase dirigente y a los militares a pensar que solamente Perón podía ser dique de contenciòn de una creciente movilizaciòn popular por un país mas justo. Y consintieron su retorno.

Tercer y breve gobierno

Perón regresó nuevamente al país 18 años después, para ganar nuevamente unas elecciones generales. Tuvo un tercer período efímero, pues falleció a pocas semanas de asumir su cargo. Su antiguo ideario de aunar “capital y trabajo”, ya no podía afrontar la crisis generada por una profunda desigualdad que había llevado a una lucha frontal y violenta de los trabajadores y de gran parte de la juventud contra el régimen. A su muerte, asumió su segunda esposa, Isabelita Martínez, la antítesis de lo que fue Evita, y que ocupaba la vice-presidencia. Ella estuvo siempre influenciada por personajes como López Rega, la Logia P2, y otros grupos de ultraderecha. Se abrió un negro período represivo, que derivó en la brutal dictadura cívico-militar del 76 con su secuela de asesinatos, desapariciones, y una legislación totalitaria. Pero finalmente, la invasión y guerra de Malvinas, iniciada por la Junta Militar para tapar el desastre de su gestiòn interna, fue el final de ese trágico periodo de ocho años.

El regreso de la democracia y la vigencia constitucional

Al restablecerse la democracia constitucional en el 83, el peronismo volvió a recomponer su presencia aunque con personajes variopintos, y que en algunos casos –como el de Carlos Menem- desarrollaron gobiernos con políticas antipopulares y privatizaron servicios y empresas públicas. Pero hasta en esos casos, la oposición más firme y arraigada a nivel popular, también surgió del propio peronismo. Eso explica en gran medida, porqué esa expresión política es un sentimiento con tan profundo arraigo popular. Y porqué el domingo muchos argentinos votarán a Fernández-Kirchner. Porque esperan al menos un alivio. Pero también saben que quien gane deberá afrontar la “herencia” macrista: vencimientos de la deuda con el FMI por 224.000 millones de dólares. Además, esos préstamos, como pasó en Ecuador y en otros tantos países, exigen recortes y reducen la obra pública.

Otra vez, la eterna polarización

Los ganaderos, los poderes económicos, los especuladores financieros y la burguesía porteña volverán a preocuparse como en el 45 por esos discursos del peronismo en favor de la justicia social, y votarán a Macri. Ese recelo, ese odio de clase, convenientemente utilizado desde el régimen y por muchos de los medios de comunicaciòn, servirá para movilizar el voto antipopular. Como dijo Lula: “Nunca pensé que poner un plato de comida en la mesa de un pobre, generaría tanto odio de una élite que se harta de tirar comida a la basura todos los días”.

El domingo sabremos la decisión de los argentinos.

Carlos Iaquinandi Castro

Carlos Iaquinandi Castro

Periodista (Redacció SERPAL)

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